René Sánchez Galindo
09 de abril de 2007
El acceso a la información establecidos conforme a las leyes debería ser sencillo y ágil, sin embargo la realidad es otra: es tortuoso, lento y complejo y por lo tanto lejos de la transparencia lo que padecemos es opacidad.
Los obstáculos son muy diversos entre sí, van desde el simple hecho de que la autoridad requerida disponga ampliar el plazo para responder la solicitud sin explicar el motivo de la demora, hasta que el cartero que debe entregar la información, asiente en el acuse de recibo que la persona solicitante de información no vive donde en realidad sí vive.
En términos más sencillos lo que pasa es que la hacen cansada: por ejemplo, un grupo de personas acudió conmigo hace más de un año para que les apoyara con un trámite administrativo federal que por lo menos no han podido realizar en los últimos 18 años. Revisé la normatividad por Internet y no era clara, no precisaba nada, consulté a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, Cofemer, encargada de regular y difundir todos los trámites administrativos federales y tampoco pudo darnos una respuesta.
Entonces decidimos hacer solicitudes de información directamente con la autoridad responsable. Actualmente seguimos sin saber cuál es el destino que la autoridad federal le da o dará al terreno sobre el que gira toda la problemática del trámite federal en cuestión, sino uno de los principales sustentos económicos de las varias decenas de familias poblanas con necesidad económica. Tampoco sabemos a cuál de la información creerle si ha sido contradictoria.
Llevamos 10 solicitudes de información federales y dos municipales con varias preguntas en cada una, 6 recursos de revisión federales y dos municipales, 4 inconformidades por incumplimiento en las resoluciones del Instituto federal de Acceso a la Información Pública, IFAI, 2 quejas por que persisten en el incumplimiento y más de 3000 pesos pagados en copias certificadas.
Entre otras cosas pedimos la tarifa del terreno; respondieron que la tarifa era información clasificada como reservada. Acudimos al recurso de revisión y cuando la autoridad fue requerida por el IFAI cambió de opinión y la información que estaba reservada ahora era inexistente. Ante esa contradicción el IFAI le ordenó que optara por alguna de las 2 posiciones advirtiendo que en caso de mentir se le denunciaría administrativamente. La inexistencia de la tarifa triunfó en esa solicitud.
Pero, aprovechando la posibilidad legal de pedir más información solicitamos que entregaran todas las solicitudes ciudadanas y las respuestas de la autoridad en relación con la venta del inmueble. Y después de prórrogas y dilaciones administrativas apareció no sólo una tarifa, sino tres. Además ocultaron parte de los documentos que nuevamente fuimos al recurso de revisión para que completaran la información y, que de paso, el IFAI cumpliera con su advertencia. Actualmente está en trámite.
Empero la autoridad federal después de todo el peregrinar nos ofreció a través del IFAI, mostrarnos todo el expediente y platicar ampliamente, ¿será? Nosotros aceptamos pero queremos que la reunión sea oficial y que el IFAI levante un acta, estamos esperando la respuesta.
Una solicitud de información es el inicio de una investigación. La autoridad puede no contestarnos, retardar los trámites e incluso mentir. Por eso, como en una investigación, si el experimento no sale, hay que volver a intentarlo y por lo tanto hay que hacer otra solicitud de información, interponer recursos, etc. Hay que formular muchas solicitudes, en una encontraremos lo que buscamos y hasta lo que esperamos de la autoridad. Es como un interrogatorio a las autoridades que podemos practicar vía Internet. No hay quien aguante mil preguntas, y si lo hay pues háganle diez mil preguntas.
Organizarse en grupos, en asociaciones civiles, así como apoyarse en universidades o en medios de comunicación, puede facilitar estos procedimientos. Para conocer una verdad, se debe preguntar, preguntar mucho nos llevará a conocer qué están haciendo las autoridades, aunque éstas pretendan esconderse.
Si pasaron la reforma del ISSSTE, por qué no les preguntamos mil veces qué hicieron, quién saldrá beneficiado, dónde quedó el dinero, en qué se basaron; si la cuenta pública rebela la más injusta situación fiscal: pobres pagan impuestos, las empresas más poderosas, no, por qué no les preguntamos mil veces, quién y cómo autorizó estas acciones, en qué se basaron, qué hicieron exactamente.
Si afirman, antes de conocer dictámenes médicos y en contra de lo que todo un pueblo vio, conoció y supo, que una mujer mayor, pero sana, murió por gastritis y no en manos de soldados violadores y asesinos, por qué no les preguntamos mil veces, que hicieron para llegar a esa conclusión en esa forma y en estos momentos, en qué se basaron, de dónde salió la información, en qué consiste concretamente.
Y pidamos copias de todo ello, confrontemos la información, ejerzamos nuestras libertades ciudadanas y pongamos un alto a los abusos.
René Sánchez Galindo.
jueves, abril 12, 2007
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